UN NUEVO PARADIGMA:
Las Obras de Ingeniería y su Impacto Ambiental
La gran obra de ingeniería fue analizada primero desde el punto de vista de la factibilidad técnica, pasando luego por la consideración de los necesarios estudios económicos y financieros y sólo más recientemente teniendo en cuenta sus posibles impactos ambientales (particularmente por medio de herramientas de gestión tales como las Evaluaciones de Impacto Ambiental). La actitud de la ingeniería primero fue renuente a aceptar este nuevo paradigma, no entendiendo el reclamo de la sociedad, y esto llevó a que se generara oposición a las grandes obras y hasta normativa como leyes “anti obras” como las leyes anti presas. Curiosamente, la Ingeniería que tiene como rol fundamental “Construir la calidad de vida” (como ha solido remarcar la Sociedad Norteamericana de Ingenieros Civiles), no aceptaba el nuevo paradigma.
Al presente, la situación ha cambiado totalmente con la consideración de los aspectos ambientales de una obra, desde la propia identificación de ideas hasta el desarrollo de su proyecto ejecutivo. Los alumnos de ingeniería son ahora educados en la consideración de estos aspectos en los distintos cursos en general y en materias específicas como “Ingeniería Ambiental” y “Gestión Ambiental”. Las empresas de la ingeniería ahora entienden de esto y por lo tanto, o tienen áreas de ambiente o las subcontratan.
Casos paradigmáticos a mencionar son los de los grandes aprovechamientos hidroeléctricos, que tienen a su favor el proveer energías renovables limpias, lo que los convierte en obras particularmente atractivas a la hora de aportar a las necesidades energéticas de un país en desarrollo y un mundo aquejado por las consecuencias del cambio climático global. Sin embargo, estas grandes obras pueden involucrar impactos ambientales importantes sobre el medio ambiente y el ecosistema en que están inmersas, lo que solía no considerarse en forma adecuada. Un buen diseño involucra tomar las medidas necesarias para evitar o disminuir el impacto posible causado por estas obras. Es necesario incorporar en la metodología de diseño una visión más amplia a la tradicional visión del proyectista de obras hidráulicas, en la que los requerimientos del proyecto estaban sólo definidos por cuestiones del tipo hidrológico, hidráulico, geotécnico y estructural (aparte de lo económico), incorporando ahora otra variable determinante: el impacto ambiental de la obra.
Como ejemplos recientes exitosos se pueden citar a los emprendimientos de “Chihuidos I”, sobre el río Neuquén y “Cóndor Cliff – La Barrancosa”, sobre el río Santa Cruz, en los que se tuvieron en cuenta consideraciones de tipo ambiental que determinaron modificaciones importantes en aspectos de diseño y manejo de las obras que fueran antes proyectadas en tiempos donde el paradigma era otro. En el caso del Complejo Cóndor Cliff - La Barrancosa, la existencia del Glaciar Perito Moreno requirió considerar la absoluta restricción de generarle algún impacto. Por otra parte, el particular régimen del río, con presencia de picos puntuales producidos por la rotura del glaciar, necesitó de un análisis especial de los caudales que circulan por el río y sus recurrencias.
Una cantidad de otros proyectos de obras que fueron objetados en su momento por sus posibles impactos ambientales pueden ser repensados y adecuados al nuevo paradigma para que la Ingeniería siga siendo, como siempre, la “Constructora de la Calidad de Vida”.
SANTIAGO MARÍA REYNA
Es Ingeniero Civil, egresado en 1984 con Medalla de Oro de la Universidad Nacional de Córdoba. Obtuvo dos Maestrías y luego un Doctorado en Administración de Ingeniería e Ingeniería Hidráulica en la Universidad de Purdue, EEUU. Es Profesor Titular Plenario de Obras Hidráulicas y de Ingeniería Ambiental en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de nuestra Universidad donde, además, es Director de la Escuela de IV NIvel. Participa como evaluador para carreras de grado y posgrado de la CONEAU y para el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). También es evaluador de Proyectos y Programas de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación del Uruguay y del Fondo Nacional de Desarrollo Científico Tecnológico de Chile. En la actividad profesional privada es presidente de una firma consultora en estudios y proyectos de ingeniería hidráulica y sanitaria y socio gerente de otra en el área de ambiente. Ha representado a Argentina en la Reunión Plenaria del PNUMA de Nairobi y en el G5 de Ginebra. Actualmente representa como Miembro Alterno a Latinoamérica y el Caribe en la Junta del Fondo de Adaptación para el Cambio Climático Global (Protocolo de Tokio). Electo Candidato a la membresía de la Academia Panamericana de Ingeniería, asumirá la categoría de Miembro Titular en la Ceremonia de Incorporación de octubre de este año en Buenos Aires.
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